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El intercambio de datos entre los arquitectos, clientes y otros profesionales está cada
vez más estandarizado, desapareciendo problemas de compatibilidad y de formato.
Por otro lado, existe una necesidad creciente por parte del consumidor en general de
involucrase en los procesos de creación de los productos que adquiere. Asistimos a
una nueva cultura post-industrial donde el consumidor quiere algo más que el objeto
impersonal hecho en serie. La cultura de lo editable, de lo “customizable [3]” y
de lo democrático está provocando una demanda de mayor participación por parte
del cliente en los procesos de diseño de los productos que consume y, también, del
objeto arquitectónico. La colaboración mediante la computadora puede sin duda dar
un nuevo impulso al Open Building [4] de Habraken para convertir la arquitectura
colaborativa, participativa y personalizada en una práctica común antes de lo
esperado.
Tecnología: computadora, internet y colaboración
El punto en el que nos encontramos no sería posible si no se hubiera intentado
utilizar la computadora como algo más que una gigantesca máquina de cálculo. En
1968, el inventor estadounidense Douglas Engelbart realizó un demonstración que
con el tiempo se denominó The mother of all demos [5] donde se presentan por
primera vez, entre otros, el ratón de ordenador, las videoconferencia, el hipertexto,
el procesamiento de textos, un editor en tiempo real colaboraborativo, y un esquema
de lo que será el funcionamiento futuro del interfaz que conocemos y utilizamos en
la actualidad. La computadora deja de ser un mundo de códigos cifrados y aislados
para convertirse, en muy poco tiempo, en una herramienta capaz de asistir las
tareas humanas más convencionales y permitiendo la colaboración. Por un lado, el
ordenador será capaz de transformar ceros y unos en información visual, útil para
cualquier disciplina de diseño, y por otro permitirá la interacción de diferentes
usuarios. La evolución de esta máquina a través de el Hardware pero también del
Software, así como la aparición de una red que permita la interacción de usuarios
nos han llevado al presente.
Dos años antes, en 1966, La empresa de aeronáutica norteamericana , McDonnell
Douglas desarrolla Un programa informático para delinear los planos de los aviones
que será denominado CADD [6]. Este software, que transforma en líneas y vectores
los cálculos numéricos será el futuro del diseño asistido por ordenador. En 1980,
Al empresa aeronáutica canadiense Dassault Systems desarrolla el primer CAD
tridimensional que llamará CATIA, que permite la generación de maquetas virtuales.
En 1982 aparece el primer CAD destinado a arquitectos, Autocad, desarrollado
por la empresa norteamericana Autodesk, y en 1987 la empresa Húngara Grafisoft
desarrolla el primer Software BIM (Building Information Modeling) denominado
Archicad, que introducirá algoritmos y la programación orientada a procesos. El
lenguaje BIM representa un salto muy importante, porque permitirá la colaboración
real entre diferentes agentes relacionados con la construcción, no solo a través
de planos sino de datos referenciados que van asociados a las formas y objetos
representados. En BIM, cada objeto tiene propiedades dinámicas, no es solo un
conjunto de líneas o vectores. Será un software interactivo que hará posible la
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