Page 22 - open
P. 22
mostraría de manera muy clara en las dos soluciones de forjado: mientras que las
viviendas se instalarían principalmente sobre un forjado de losa simple, valiéndose
de una generosa altura libre y de la utilización de techos y suelos técnicos por
los que canalizar las instalaciones de aire acondicionado, agua y electricidad, las
acometidas y distribución general de estos servicios se producirían bajo las aceras,
aprovechando el hueco existente entre el solado y el forjado, que en este área se
desplaza hacia abajo formando un canal, que además es susceptible de llenarse de
tierra para plantar vegetación. Una vez diseñado el Soporte, y previas reuniones
con los futuros habitantes, el arquitecto seleccionaría un equipo de 13 estudios de
arquitectura, quienes en una segunda fase proyectarían las viviendas o Infill con la
estrecha participación de los habitantes. A diferencia de lo ocurrido en la Ökohaus,
aquí se impuso la restricción formal de utilizar un único sistema de paneles de
fachada, que proporcionaría una apariencia unitaria al conjunto, de modo similar
a como ocurría en el Däckshuset, a pesar de estar las viviendas proyectadas por
arquitectos distintos y para clientes independientes.
Este proyecto representa quizás un grado mayor de madurez, pues recoge lo
aprendido de experiencias previas y optimiza soluciones ya ensayadas, pudiendo
reconocerse características de los proyectos vistos en este texto, como la tendencia
vertical, la disposición de las plantas en ‘U’ de alguna variantes del Highrise of
homes de Wines, o los forjados huecos del Supported Land System en Seattle,
(en este caso es sólo bajo las ‘calles en el aire’). Durante los 22 años que lleva
en funcionamiento, las viviendas han cambiado de ocupantes según un programa
de rotación cada 5 años [10]; se ha modificado una de las viviendas debido a la
llegada de nuevos inquilinos, demostrando la posibilidad de reutilizar la mayoría
de los componentes constructivos, por lo que se prevén futuras renovaciones.
Tanto la gestión durante el proceso participativo, como las prácticas de los propios
habitantes, que reciclan sus residuos en la propia parcela, o la eficiencia de los
servicios e instalaciones del edificio, que utilizan pilas de hidrógeno para almacenar
la energía eléctrica generada por los paneles fotovoltaicos para el consumo de
la comunidad, son ejemplares cuando pensamos en un modo de habitar urbano,
contemporáneo y sostenible. La abundante vegetación de Next 21 no sólo cumple
con creces la promesa de construir vivienda colectiva, en la que las viviendas reúnen
cualidades propias de la vivienda unifamiliar con jardín, sino que da un paso más
al incorporar un espacio público tridimensional, acondicionado pasivamente por el
efecto de la evapotranspiración de los jardines verticales, donde además prolifera la
biodiversidad [11].
La más reciente manifestación de las ‘parcelas en el aire’ son las viviendas
colectivas de Lacaton y Vassal en Mulhouse (2005), donde los arquitectos trataron
de reproducir cualidades de la Villa o casa de campo, en un contexto residencial
de mayor densidad. Para ello se valían de una estructura de hormigón prefabricado
con pórticos de 8m de vano, colocados cada 6,5m, que soportan una (o dos en
Trignac, 2010) plataforma con forjado de placas alveolares pretensadas, donde se
acomodan 14 ‘parcelas’ para las viviendas con jardín. Éstas son más tarde ocupadas
y colmatadas mediante una estructura de pórticos de tubo de acero, utilizados para
la construcción de invernaderos hortícolas, que cubren todo el volumen capaz de la
plataforma. Posteriormente se cierra el volumen con soluciones y materiales también
22