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Las 18 viviendas construidas sobre las parcelas, podían crecer hasta la alineación
interior de los pilares, y agotar la edificabilidad de la parcela, utilizando un
catálogo de paneles con estructura base de madera, preparados para ser montados
entre dos personas, que permitían configurar diferentes tipos de vivienda, según
las preferencias individuales y con la única limitación de guardar una distancia
máxima desde los cuartos húmedos a las bajantes situadas en el eje de las escaleras
de acceso. Los habitantes podían elegir también la solución de paneles de fachada,
incluidas sus características de aislamiento, mantenimiento, economía, y color,
además de la disposición de ventanas. Al quedar la fachada retranqueada tras
los pilares, ésta conservaba cierta homogeneidad global. Aunque el proyecto
contemplaba la posibilidad de que las viviendas fueran evolucionando por fases, la
realidad es que muchas de ellas agotaron la edificabilidad desde el principio.
A principios de los 70 se materializó de un modo sistemático y replicable, otro caso
de ‘parcelas en el aire’, en el contexto de la llamada ‘Operación Breakthrough’
[6]. En Seattle, la empresa local aeronáutica Boeing gestionaría la construcción de
una ‘Supermanzana’ piloto de 58 viviendas, utilizando el Supported Land System,
un sistema patentado por Townland, que combinaba las ventajas y diversidad
arquitectónica de la residencia unifamiliar y el más eficiente uso del suelo de la
vivienda colectiva, generando un tejido urbano de alta densidad (82Viv/Ha). El
sistema se subdividía en el Soporte, formado por unas plataformas apiladas sobre
pilares y el Infill, con las unidades residenciales montadas independientemente sobre
la anterior [f]. El sistema de soporte utilizaba un entramado de hormigón formado
por vigas de borde de 9m y pilares de doble o triple altura, y en el que se podían
forjar plataformas formadas por vigas pretensadas de 18m de luz, con sección en ‘U’
y 90cm de profundidad, lo que permitía canalizar por su interior los conductos de
instalaciones. Estas vigas-cajón, podían llenarse de tierra para plantar vegetación, y
acabarse con un solado ventilado de madera u hormigón, para dar lugar a jardines
en cada vivienda y a calles de acceso a nivel de la plataforma elevada. En Seattle
se utilizó un solo nivel de plataforma para acomodar 12 viviendas de dos plantas
y de 5 tipos distintos (las 46 restantes se ubicaron de manera convencional sobre
el terreno). Para las viviendas se utilizó un sistema constructivo a base de paneles
pre-cortados con estructura interna de bandejas de acero, con los que se resolvían
forjados, fachadas y divisiones interiores utilizando distintos trasdosados.
En 1981 James Wines (SITE) volvía a insistir con Highrise of Homes en la
conveniencia de tomar las ventajas de la casa jardín privada y de su apilamiento
para promover la densidad urbana y evitar así el sprawl acuciante del suburbio
norteamericano. Aunque seguía de manera literal la ilustración de Life, Wines
ajustaba aquí la matriz estructural al volumen de la vivienda, y el jardín se mostraba
especialmente exuberante [g]. Una estructura seriada de acero y hormigón, con
varias parcelas por planta, soportaba una comunidad vertical de habitantes que
expresaban su identidad y modo de vida con diferentes diseños arquitectónicos. Su
propuesta ofrecía “elección, oportunidad y cambio” como alternativas a los bloques
de vivienda colectiva urbana habituales. El resultado era una imagen ordenada y
caracterizada por la indeterminación y la diversidad. Wines proyectó diferentes
versiones con plantas y alturas diversas.
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