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Revisando la Teoría de Soportes. Acerca
del potencial del Open-Building para desplegar una
interacción más intensa con el entorno.
Hacia una perspectiva expansiva del Open-Building
Javier García-Germán
La teoría de soportes que desarrolló John Habraken en los años sesenta tiene
absoluta vigencia hoy en día. Nadie pone en duda —a la luz de los retos a los que
se enfrenta la arquitectura— que el modelo open-building ofrece un paradigma
constructivo que garantiza una conexión ecológica más intensa con el medio físico y
social.
Tanto el actual interés por una arquitectura de raíz social, como el creciente
descrédito del arquitecto, han impulsado el proyecto open-building que se va
consolidando como el modelo arquitectónico que mejor responde a la demanda
de la sociedad de empoderamiento en la construcción de la vivienda. En esta
dirección siguen yendo las revisiones que se están haciendo sobre el proyecto open-
building incorporando, por ejemplo, las nuevas tecnologías de la información [1]
con el objetivo de posibilitar la integración del usuario en el proceso de diseño y
construcción de su vivienda, desde las primeras ideas de arquitectura a la gestión
económica de la obra.
Sin embargo, el interés por la teoría de soportes no sólo reside en estas cuestiones.
El open-building ofrece además un modelo de arquitectura capaz de actuar de un
modo efectivo en un entorno energéticamente menos intenso. El potencial reside en
la idea de entender los edificios no como objetos, sino como sistemas pertenecientes
a redes de energía y materiales de mayor entidad, proponiendo una arquitectura
que, con independencia del uso al que se destine, se despliega en el tiempo dando
el protagonismo no sólo al usuario que la habita sino también a las generaciones
venideras.[2]
Interacción material: tiempo geológico
Un edificio, como constructo material, establece una relación directa con los lugares
de donde proceden sus materiales. Bien procedan del medio natural o del urban
mining, un edificio establece una relación ecológica con todos aquellos lugares de
dónde proceden y dónde se procesan sus materiales y sistemas constructivos.
La separación que Habraken ideó para el open-building entre la estructura y el infill
estuvo originalmente vinculada a la posibilidad de que el usuario pudiera definir, con
independencia del arquitecto, su propia vivienda. Una vez que el arquitecto definía
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