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cómo se pueden intervenir, cómo se mantienen, etc es directamente comunicable
y este puede ser el fundamento de un conocimiento universal, aunque siempre
localizado. Este conocimiento, sin embargo, necesita abrirse a otras formas de
conocimiento -las de la práctica, la intuición, la experiencia etc. Yo creo que los
arquitectos necesitan estar preparados para que les lleven la contraria cuando su
conocimiento se encuentra con otro conocimiento igualmente válido. La tarea
de desarrollar direfentes formas de edificios progresivos (los edificios no solo se
producen socialmente sino que también pueden reproducir la sociedad) no radica por
lo tanto, en que los arquitectos encuentren la manera más exitosa de transmitir lo que
saben para que aquellos que no saben posteriormente lo sepan. En oposición a esta
estrategia cerrada y que quitaría todo el poder a los arquitectos, hay que ser sensible
hacia la diferenca en muchos niveles: habilidades, ambiciones, necesidades, cultura,
etc. Por lo tanto, la manera en la cual se puede sugerir una interacción significativa
depende por completo de cada situación. Trabajando con autoconstructores
habituales es posible que surjan diferentes preocupaciones al trabajar con gente
que ha vivido en casas y apartamentos toda su vida pero no se han visto envueltas
en procesos de construcción. Y de nuevo, si se trabaja con familias habrá distintos
intereses en cuestión frente a trabajar con otros. Aquí, la sensibilidad es necesaria
hacia todos los agentes involucrados y hacia lo que cada uno puede aportar en el
proceso. Si este entendimiento fundamental no se establece pronto, es posible que
los procesos fracasen al igual que la gente se puede sentir abrumada, o igualmente,
desestimada. Un intercambio de conocimiento en ambas direcciones no es solo una
posibilidad a considerar, sino una absoluta necesidad.
BA/GA: Oí una vez que si un usuario pudiera diseñar un teléfono móvil para
customizado para sus requisitos particulares, sería inútil ya que plantearía
solamente una mejoras cuantitativas (más baterías, más resolución, más ligero ...)
y además no tendría ninguna contribución técnica para conseguir esas mejoras.
Sin embargo, autores como Eric Von Hippel han estado trabajando durante años
tratando de demostrar que los usuarios pueden liderar la innovación. ¿Qué piensas
de esas declaraciones? ¿Qué podemos aprender como profesionales de los usuarios
que viven en espacios diseñados a través de la participación?
TS: El sustancial interés académico en el “do-it-together”, las cooperativas de
construcción, formas de autogestión y autoorganización, los grupos de construcción,
las iniciativas de co-vivienda y así , parece sugerir que se puede aprender mucho de
dichos enfoques. Esto no sólo se refiere a la vivienda y las instalaciones públicas,
tales como jardines y los hubs de co-working, así como a los edificios culturales. No
es sólo el producto en sí que es interesante para su estudio posterior. Los procesos
que han llevado a la participación u otras formas de espacios diseñados de forma
colaborativa, ya sean temporales o permanentes, son igualmente importantes para
entender su producción y su posterior consumo a través del uso. De las lecciones
aprendidas de los estudios, que no sólo se refieren a las evaluaciones posteriores a
la ocupación, sino que incluyen lo que precede a la ocupación, se podrían comenzar
a extraer las directrices, o más bien, las estrategias, para diseñar de otra manera.
Estas estrategias podrían incluir una variedad de dimensiones desde la adquisición
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